La Artritis Psoriásica es una inflamación articular asociada a una enfermedad de
la piel denominada Psoriasis. En la mayor parte de los casos, la artritis aparece años después de las lesiones cutáneas.
Primero, demostrando que el paciente presenta Psoriasis o algún familiar de primer grado.
En segundo lugar, demostrando que hay artritis, y finalmente confirmando que las características clínicas y radiológicas corresponden a la Artritis Psoriásica.
El objetivo del tratamiento en la Artritis Psoriásica es reducir el dolor articular y la inflamación, controlar las Psoriasis de la piel y retrasar o prevenir el daño en las articulaciones. El tratamiento varía en cada paciente dependiendo de la intensidad y extensión de las articulaciones afectadas también de la gravedad de las lesiones cutáneas o de la aparición de otras manifestaciones causadas por la enfermedad.
Los medicamentos que se utilizan para tratar la Artritis Psoriásica incluyen los siguientes:
- Antiinflamatorios no esteroides. Los antiinflamatorios no esteroides pueden aliviar el dolor y reducir la inflamación en personas con Artritis Psoriásica leve. Los antiinflamatorios no esteroides de venta sin receta médica incluyen el ibuprofeno y el naproxeno sódico. Los antiinflamatorios no esteroides más potentes están disponibles bajo receta médica.
- ·Medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad convencionales. Estos medicamentos pueden retrasar la evolución de la Artritis Psoriásica y evitar que las articulaciones y otros tejidos sufran un daño permanente.
El medicamento antirreumático modificador de la enfermedad utilizado más frecuentemente es el metotrexato. Otros incluyen la leflunomida y la sulfasalazina.
Agentes biológicos. Esta clase de medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad, a los que también se los conoce como modificadores de la respuesta biológica, se enfocan en las vías del sistema inmunitario. Los agentes biológicos incluyen adalimumab, certolizumab, etanercept, golimumab, infliximab, ustekinumab, secukinumab, ixekizumab, guselkumab y abatacept.
Medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad sintéticos. El Tofacitinib (Terfanib) puede utilizarse en caso de que los medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad convencionales y los agentes biológicos no hayan sido eficaces. las reacciones adversas más frecuentes son cefalea, náuseas, diarrea, hipertensión e infecciones del tracto respiratorio superior.
Medicamentos orales más nuevos. El Apremilast (Facemil) disminuye la actividad de una enzima en el organismo que controla la actividad de la inflamación dentro de las células. El apremilast se utiliza en personas con Artritis Psoriásica de leve a moderada no tienen indicación o no se pueden tratar con medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad ni con agentes biológicos. Los posibles efectos secundarios incluyen diarrea, náusea y dolores de cabeza.
Deben realizarse controles trimestrales o con la periodicidad que el médico disponga, donde se suele realizar la puntuación PASI cuya utilidad es evaluar la extensión del compromiso cutáneo, en función de la superficie afectada a nivel de tronco, extremidades, cabeza y cuello.
También se realiza el DAS 28 para evaluar compromiso articular y la valoración funcional con el HAQ.
Es importante que las personas con Artritis Psoriásica se mantengan en las mejores condiciones de salud posible. La siguiente información puede ayudarle en aspectos que contribuirán a mejorar su calidad de vida.
Sea constante, lleve un horario y conozca la utilidad de cada uno de sus tratamientos.
Cuide su piel. Una buena higiene, hidratación y uso de lociones mejorará el aspecto y reducirá los síntomas de la Psoriasis.
Cuide sus articulaciones. El ejercicio diario, especialmente a nivel de sus articulaciones, mantendrá el tono muscular y ayuda a preservar su movilidad.
La obesidad empeora la evolución de la Psoriasis y el sobrepeso favorece que se carguen y dañen más sus articulaciones.
La Artritis Reumatoidea es una enfermedad en la que se inflaman las articulaciones produciéndose dolor, deformidad y dificultad para el movimiento, aunque también puede afectar otras partes del organismo.
Se trata de una enfermedad crónica, con una baja frecuencia de curación espontánea, aunque con el tratamiento adecuado se consigue un buen control de la misma en la mayoría de los casos.
Es más frecuente en mujeres,. Se presenta con mayor frecuencia entre los 45 y los 55 años.
El diagnóstico de la Artritis Reumatoidea se basa en una combinación de criterios clínicos, análisis de sangre y estudios de imágenes. Estos incluyen:
- Historial médico y examen físico: El médico evaluará los síntomas y realizará un examen físico para evaluar las articulaciones afectadas.
- Análisis de sangre: Se pueden realizar análisis de sangre para detectar marcadores específicos de la enfermedad, como el factor reumatoide y los anticuerpos anti-péptidos cíclicos citrulinados (anti-CCP).
- Estudios de imágenes: La radiografía, ecografía y resonancia magnética pueden utilizarse para evaluar el grado de inflamación, daño en las articulaciones y extensión de enfermedad
El tratamiento de la Artritis Reumatoidea tiene como objetivo aliviar el dolor, reducir la inflamación, enlentecer la progresión de la enfermedad y mejorar la calidad de vida del paciente. El tratamiento puede incluir:
- Medicamentos: Se pueden indicar medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE), corticosteroides, inhibidores del factor de necrosis tumoral (TNF) y otros medicamentos biológicos para controlar la inflamación y el dolor.
- Fisioterapia: La fisioterapia puede ayudar a mejorar la función articular y la fuerza muscular, así como instruir al paciente con técnicas de protección articular.
El médico recomendará análisis de laboratorio y estudios radiológicos para evaluar la evolución de la Artritis Reumatoidea.
La Psoriasis es una enfermedad inflamatoria crónica sistémica, de naturaleza inmunológica, de predisposición genética con desencadenantes multifactoriales.
Se caracteriza por la afectación de la piel, semimucosas, anexos, y articulaciones.
Muchas veces se acompaña de otras morbilidades que pueden afectar aún más la calidad de vida y la sobrevida de los pacientes
El médico le hará preguntas sobre tu salud y le examinará la piel, el cuero cabelludo y las uñas. También podría tomar una pequeña muestra de piel (biopsia) para examinarla bajo el microscopio. Esto ayuda a determinar el tipo de Psoriasis y a descartar otros trastornos.
Los tratamientos para la Psoriasis tienen como objetivo el control de la enfermedad, de la evolución de las lesiones y proveer al paciente una mejor calidad de vida. Algunas opciones son cremas y ungüentos (terapia tópica), luminoterapia (fototerapia) y medicamentos de administración oral o inyectables.
Los tratamientos que se usen dependerán de la gravedad de la Psoriasis y de cómo respondió al tratamiento anterior y a las medidas de cuidado personal.
Consultar al especialista para poder clasificar el tipo de Psoriasis, el avance de la patología y establecer un tratamiento adecuado.
Frecuentemente el dermatólogo puede solicitar estudios de laboratorio y radiológicos, para poder detectar enfermedades asociadas a la Psoriasis, dado que se trata de una enfermedad sistémica.